Una mirada a la diversidad sexual y de géneros en la Terapia Gestalt
La historia de vida de una persona LGTBIQ está atravesada por una serie de experiencias relacionadas con habitar UN CUERPO, UN DESEO, y/o UNA IDENTIFICACIÓN distinta a lo que estipula la heteronorma. Entendemos por heteronorma, la forma de pensamiento predominante en la sociedad, que nos hace asumir que todas las personas son heterosexuales, y que penaliza una forma de identificación y expresión distinta. Algunas de estas experiencias, pueden estar marcadas por el rechazo, la discriminación e incluso la violencia.
Como psicólogxs, que nos hemos formado y hemos vivenciado la terapia Gestalt, y al mismo tiempo, que tenemos la experiencia de identificarnos como personas LGTBIQ, nos hemos dado cuenta de cómo esta terapia ha sido un aporte a nuestro proceso de autoconocimiento, RECONOCIMIENTO Y VALIDACIÓN PERSONAL. Al igual que nos ha sido de utilidad para revisar y sanar algunas heridas presentes en nuestra historia de vida.
Queremos compartir, desde nuestra experiencia, algunos aspectos de la Gestalt que creemos favorables para acompañar procesos terapéuticos y de autoconocimiento para personas LGTBIQ, tanto a nivel individual como grupal. Al mismo tiempo, iremos planteando algunos desafíos que pueden surgir para las y los terapeutas gestalt que acompañan a personas LGTBIQ.
La Gestalt, al ser un modelo psicoterapéutico – y más que eso, un estilo de vida – que proviene de la terapia humanista, propone dentro de sus bases, ver y comprender a la persona desde su individualidad, con sus propias características y condiciones, no generalizables. En este sentido, es esencial que el o la terapeuta gestalt acompañe a la persona LGTBIQ a reconocer y comprender la significación que hace de su identidad de género y orientación sexual. Cómo la persona se define y se nombra a sí misma, desde su diferencia. De esta forma, el reconocimiento y VALIDACIÓN de su diversidad, hace que lo que antes fue objeto de discriminación, ahora sea integrado y aceptado como una condición de
humanidad.
Es probable que una persona LGTBIQ tenga experiencias que han afectado la aceptación de su identidad. En este sentido, la terapia Gestalt ofrece un espacio protegido donde la persona puede encontrar las palabras para nombrar-se y expresar-se, en todas sus dimensiones. Pues la Gestalt no se centra en el cambio, ni tampoco busca “normalizar”, sino que busca acompañar el proceso de aceptación de sí mismos/as. Así, para que cada persona pueda explorar su identidad de género, orientación y expresión sexual en un clima de aceptación, es esencial que, el o la terapeuta esté libre de prejuicios y/o normativas de cómo “tiene que ser” la sexualidad, por lo que será necesario que revise cómo los condicionamientos sociales, junto con sus propias creencias o introyectos están haciéndose presentes en su forma de acompañar.
Crear un VÍNCULO TERAPÉUTICO basado en el reconocimiento y el no juicio – aspectos básicos de la Terapia Gestalt – puede ser reparador para aquellas personas que han vivenciado la estigmatización y discriminación por su condición sexual, o se han sentido invisibilizadas o no reconocidas por quienes son. La capacidad que tenga el o la terapeuta para “ver” a la persona, en todas sus dimensiones, y para impulsar la expresión auténtica de aquellas características que han estado ocultas hasta ahora, por el miedo a la penalización social, son acciones de dignificación de la humanidad y diversidad, tanto individual como colectiva.
Un proceso de AUTOCONOCIMIENTO lleva a la persona a reconocer tanto sus virtudes, como también aquellos aspectos que han estado negados, o que son dañinos para sí misma. En este sentido, el/la terapeuta gestáltico puede guiar el proceso de exploración y descubrimiento de una persona en el ámbito sexual. Llevándole a reconocer y validar sus deseos, así como a ampliar el abanico de posibilidades para la expresión de su sexualidad, promoviendo en ello una actitud de responsabilidad y no juicio.
Así también, acompañará a la persona LGTBIQ a identificar aquellos introyectos o creencias sociales que influyen en la percepción de sí misma, y/o que pueden estar limitando la libre expresión de su ser. En todos los casos, el trabajo terapéutico permitirá a la persona conseguir un nivel mayor de VALIDACIÓN Y AUTENTICIDAD, tanto para la relación consigo misma, como para mostrarse ante el mundo.
La Gestalt también favorece el trabajo terapéutico a nivel grupal, considerando que aquello que sucede dentro del grupo, es un reflejo de lo que ocurre en el resto de la sociedad. Para una persona LGTBIQ, participar de un grupo puede ser una oportunidad para SANAR HERIDAS que provienen de la discriminación y el rechazo social. Es un escenario donde la persona podrá hablar de sí misma, de sus dolores y de sus dificultades, siendo escuchada y acogida por el resto del grupo, en un ejercicio de dignificación y validación. El hecho de que una persona ocupe el centro del grupo para hablar de la experiencia de ser LGTBIQ, es un acto de tomar su poder, de enfrentarse al mundo y ejercitar tanto el apoyo social como el apoyo a sí misma.
Te invitamos a conocer el Grupo de crecimiento personal para personas LGTBIQ que estaremos facilitando en Drala Gestalt Institut. Para más información ver aquí:
https://www.dralagestalt.com/portfolio_page/grupo-lgtbi-y-gestalt/
Kathy Venegas y Sergi Martín
Psicólogos humanistas