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La ansiedad en terapia Gestalt

¿De dónde sale nuestra ansiedad?

La ruptura del equilibrio sucede a lo largo de la vida y es inevitable, cuando sentimos que se rompe el equilibrio puede aparecer la angustia, porque con esa ruptura emerge una nueva necesidad. Esta nueva necesidad tiene una respuesta adaptativa física a una amenaza real o imaginaria, llamada estrés que permite la acción para satisfacer la necesidad. Aquí ya vemos que el estrés puede ser positivo si te conduce a la acción, ya sea de huida, inhibición, enfrentamiento para resolver la situación amenazante.

Cuando la necesidad ha sido resuelta y por tanto satisfecha, se reestablece el equilibrio. Sin embargo, ¿qué sucede cuando esta necesidad no se concluye?

En muchas situaciones utilizamos el estrés para tratar de mitigar la angustia y no para resolver la necesidad con lo que conseguiremos reducir parcialmente la sensación de angustia, pero seguimos sin haber satisfecho la necesidad y seguimos sin reestablecer el equilibrio que se ha perdido. Por lo que iniciamos una rueda en la que nuestra angustia va subiendo y bajando de manera crónica que se convierte en ansiedad.

La ansiedad según la Terapia Gestalt

 

La ansiedad ya no se trata de una respuesta adaptativa para reestablecer el equilibrio, sino que se trata de una respuesta obstructiva. Entramos en un bucle de preocupaciones y miedos intensos, excesivos y circulares que conducen a la rumiación.

Este miedo rumiante nos aleja del contacto con el momento presente pues tiene mucho que ver con la anticipación. Esa tendencia existente de traer experiencias pasadas al futuro, que poco nos permiten conectar con el momento presente, el aquí y el ahora con el que trabaja la terapia Gestalt y por tanto nos alejan también de la acción.

Claudio Naranjo, comenta en una de sus entrevistas que “la ansiedad tiene mucho que ver con no poder elegir en los conflictos internos, con el miedo a que, si te equivocas, echarás todo a perder.”

Dónde podemos poner conciencia para parar la Ansiedad:

 

Conflictos Internos: Situaciones no resueltas entre diferentes versiones de nosotros mismos. Momentos en los que tenemos más de una opción de actuación o pensamiento que nos generan confusión y nos pueden llevar a la inacción manteniendo la sensación ansiosa. Esta sensación puede tomar otras salidas reactivas inconscientes en forma de mecanismo neurótico.

Anticipación: Fantasía creada basada en hechos o experiencias del pasado que proyectamos al futuro con una falsa sensación de control. La anticipación es un mecanismo que fomenta el miedo permanente y al fin y al cabo no permite que las cosas sucedan en el aquí y el ahora e impidiendo nuevos aprendizajes que puedan cambiar nuestra narrativa interna o introyectos.

Control: Fantasía.  ¿Cuánto realmente puedes controlar? Puedes responsabilizarte de una parte, de la que te toca y el resto sucederá o no dependiendo de muchos otros factores ajenos a ti.

Fritz Perls, padre de la terapia Gestalt decía que “La ansiedad es como la brecha que hay entre el ahora y el después” y planteaba las expectativas como:

Catastróficas: Las cosas horribles pueden suceder

Anastróficas: Las cosas estupendas pueden suceder

Para intentar controlar los resultados según nuestras expectativas es cuando activamos adaptaciones neuróticas tales como la planificación, ensoñaciones, temores, cotidianidad, repeticiones de patrones de conducta que nos conducirán a una falsa sensación de control y posiblemente a una decepción ya que estas son diferentes técnicas para mitigar la angustia pero no son estratégicas adaptativas para satisfacer la necesidad.